Hay una premisa básica en la vida: no podemos luchar por aquello que no conocemos. Y de igual forma, ocurre con los derechos: no podemos exigir y reclamar por su respeto y cumplimiento si no sabemos qué derechos tenemos y qué caminos nos da la ley para protegerlos y hacerlos valer.

A lo largo de estos años, en cada consulta recibida, he detectado como factor común en las personas, el desconocimiento que tienen en relación a sus derechos o, incluso, la información recortada y errónea sobre aquellos.

Con mi acompañamiento y abordaje, he logrado en las personas que esta situación inicial se revierta, dotándolas de información valiosa para posicionarse frente a sus conflictos familiares, de una forma más consciente y en sintonía con sus derechos. Este empoderamiento legal, a su vez, se convierte en aprendizaje para empezar a resolver por sí mismas las distintas situaciones familiares y/o conflictos, sabiendo cuándo será necesario acudir a mi acompañamiento legal o el de otro profesional.

Es así, que generando esta conciencia de derechos, las personas aprenden a ordenar su vida familiar en sintonía con sus derechos.

Esto se logra con información clara, concreta y tips prácticos para aplicar en el día a día en sus relaciones familiares.