Mi modo de abordaje de las problemáticas familiares

Hola! Cómo están? Con mucha alegría quiero inaugurar junto a ustedes este espacio, donde nos encontraremos mensualmente para compartir novedades, información sobre sus derechos y la experiencia del día a día de mi trabajo junto a las familias.

Realmente es muy enriquecedor acompañarlas y acompañarlos a buscar un cauce y resolución a sus conflictos y a ordenar la vida familiar de un modo que respete los derechos de todos y todas, especialmente de los niños y niñas.

Para comenzar, hoy quiero hablarles un poco sobre mi manera de abordaje de las problemáticas familiares, la cual he denominado como “el iceberg en los conflictos de familia”.

El iceberg es una gran masa de hielo que flota en el mar y lo característico de ella es que tiene una parte visible, la que puede verse a simple vista, y otra no visible que está en la profundidad y que es mucho más grande de lo que podríamos imaginar y ver a simple vista.

Ahora bien, seguramente se preguntarán qué tiene que ver el iceberg con mi forma de trabajo con las familias. Les paso a contar…

En los conflictos de familia y en lo que atañe particularmente a mi labor profesional, recibo a diario consultas de personas con determinado problema familiar que acuden a mí buscando ayuda. Estas personas llegan al asesoramiento con un emergente, que es lo primero que cuentan, su inquietud, que pareciera ser concreta, lo que se ve a simple vista. A eso hay que sumarle la expectativa que tienen en cuanto a lo que podrán lograr con la intervención de un abogado/a.

Algunas de estas situaciones emergentes requerirán urgencia, y de hecho la mayoría de la gente viene a la primera entrevista de consulta con la idea que podrán solucionar YA, o en el menor tiempo posible, su problema.

Entre las problemáticas más comunes, me encuentro a diario con mamás que se hacen cargo de todos los gastos que hacen a las necesidades de sus hijos/as ante la ausencia del progenitor, con papás que no pueden ver a sus hijos sin justa causa, o progenitores que no se comprometen con las tareas de cuidado diario o que no cumplen un acuerdo ya pactado, entre tantos y cientos de inconvenientes que pueden surgir en el seno de una familia.

Esto es lo que primero surge en la entrevista, lo que está en la superficie y puede verse a simple vista.

Ante esto, como abogados/as tenemos dos opciones: (1) quedarnos en la superficie, sin indagar ni ver más allá y aplicar de modo casi mecanizado, la ley; (2) o, por el contrario, profundizar en la problemática para ver de forma integral qué está pasando en esa familia, contemplando las características y los derechos de cada uno de sus miembros, observando principalmente, cuáles son las dificultades en esas relaciones humanas que están originando los conflictos.

Poder llegar a esto, permite encontrar caminos más ajustados a esa realidad familiar, donde cada persona que forma para de ella tiene su grado de responsabilidad.

Ayudar a las personas a mirar a su familia, a su “problema” de esta manera, las posiciona en un lugar más realista, permitiendo afrontar los caminos legales más acordes. Acudir a otras disciplinas en estas instancias, también será un aporte fundamental para la integralidad del proceso.

Como abogada que acompaña familias, elijo abordar los conflictos con una mirada integral, observando el todo, analizando en profundidad las problemáticas para buscar alternativas y soluciones respetuosas de los derechos en juego, principalmente de los niños, niñas y adolescentes.

Te invito a conocerme y a buscar juntas y juntos los caminos posibles que mejor se ajusten a tu realidad familiar.

Hasta la próxima!

Dana Mellone

Abogada de Familias

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