Lo más sagrado del ejercicio profesional

Quienes ejercemos el derecho de familia con la vocación, cuidado y el compromiso que merece, tenemos en nuestras manos algo que para mí es muy preciado: los vínculos humanos.

La ley que aprendemos, conocemos y aplicamos, se ocupa de regular esas relaciones, a través del reconocimiento de derechos y obligaciones, estableciendo determinadas directivas y habilitando caminos para que ese reconocimiento y ejercicio de derechos sea una realidad.

También dota de facultades y obligaciones a determinados organismos, que serán los encargados de velar porque la ley se cumpla.

Nosotras/os abogadas/os, somos el medio para que todo esto se ponga en marcha.

Es como una gran máquina que se pone en funcionamiento, cuando necesita ser activada para restablecer un derecho que ha sido vulnerado o pasado desapercibido y que necesitamos visibilizar para que se cumpla.

Como abogada, que integra sus valores y todo su ser en esta profesión que ejerzo, me permito ver más allá de todo esto, viviendo este servicio que brindo a las familias, con la mirada puesta principalmente en esos vínculos, sabiendo que cada propuesta e intervención que haga repercute directamente allí.

Por eso, para mí es más que un trabajo, es la expresión de quién soy, mis valores como persona y la huella que quiero dejar en esto que brindo con el conocimiento que tengo, no sólo teórico sino también, de experiencia de vida.

Tener en mis manos los vínculos con los cuales trabajo, una mamá que reclama por los derechos de sus hijos, una abuela que quiere ver a sus nietos, un papá que quiere compartir más tiempo con sus hijos, una pareja que desea formar familia por adopción, hermanos distanciados que tienen que iniciar la sucesión de su padre, son historias de vida que generan una gran responsabilidad y a su vez, una enorme satisfacción, cuando puede verse que esos vínculos se reconstituyen y, en muchos casos, se logra  una versión mejorada.

Por ello, agradezco a cada persona el permitirme entrar en sus familias y sobre todo, confiar en lo que puedo aportar para mejorar, en pos de sus derechos, en pos de sus vínculos.

Con cariño.

Dana Mellone

Abogada de Familias

Ejercicio Consciente de Derechos

Perspectiva en Derechos del Niño





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